lunes, 8 de junio de 2009

"Cebras", flores de la Pasión y evolución


Entre la gran diversidad de formas, colores y comportamientos de mariposas que se pueden observar en el Jardín Botánico Calvijero, resaltan tres especies: Heliconius charitonius, H. clysonimus y H. ismenius, popularmente conocidas como “cebras”. Estas mariposas tienen características poco comunes que las hacen muy interesantes no sólo para observaras y apreciarlas sino como tema de investigación científica, por ejemplo han sido utilizadas como modelo de estudio en evolución durante décadas.

Nuestros lectores recordarán la interesante leyenda de la flor de la Pasión, que nos permitió reconocer la anatomía floral de estas especies y su relación con el imaginario popular. En esta ocasión presentamos una serie de hechos que ponen de manifiesto otro tipo de relaciones: las establecidas entre la vida y comportamiento de las “cebras” y el desarrollo, morfología, bioquímica e incluso demografía de las "pasionarias".

Estas mariposas que hoy nos ocupan ponen sus huevos únicamente plantas de la familia Passifloraceae

Se sabe que las pasionarias contienen compuestos secundarios (alcaloides y glicósidos cianogénicos) y que muy pocas especies de insectos herbívoros las consumen, prácticamente sólo las Heliconius y unas pocas especies de escarabajos.

Tales posesiones motivan que estas plantas tengan pocos depredadores. Dichas sustancias aún cuando están inactivas en las hojas, al ser consumidas por algún herbívoro se mezclan con otros componentes localizados en distintas partes de la hoja, produciendo un gas llamado cianido de hidrógeno en el tracto digestivo del herbívoro. Este gas es letal para la mayoría de los insectos, pero no para estas mariposas, que lo utilizan para su propia protección

Sin embargo la fuerte depredación que estas mariposas ejercen principalmente sobre las plantas jóvenes de Passiflora, ha originado que a su vez éstas desarrollen mecanismos alternativos defensivos:

Una misma planta puede tener hojas de diferente forma durante su desarrollo para intentar, de esta manera, esconderse de las mariposas y sus larvas. Incluso algunas, como en el caso de Passiflora adenopoda han desarrollado ganchos en las hojas para atrapar y desgarrar a las larvas de Heliconius.

Las pasionarias tienen glándulas que secretan néctar y que mantienen a hormigas y parasitoides visitándolas continuamente. Tanto unas como otros dan cuenta de un muy alto porcentaje de larvas o huevecillos de las mariposas.

Una singular manera en la que la planta se protege es a través de la producción de estructuras semejan huevos de Heliconius. Estas estructuras son llamadas “huevos miméticos” y ha sido demostrado experimentalmente en insectarios que son una adaptación funcional que reduce el ataque por estas mariposas, pues las hembras adultas no depositan sus huevos en hojas que ya están “ocupadas”.

Aunque las tres especies de Heliconius pueden alimentarse de néctar, su principal alimento es el polen, lo cual es un hábito común en otros insectos pero muy raro entre las mariposas. Esta capacidad de alimentarse de polen propició un incremento dramático en la disponibilidad de aminoácidos y proteínas para las mariposas adultas, y ambas sustancias (aminoácidos y proteínas) pueden ser utilizadas para una amplia gama de funciones entre las que mencionaremos las siguientes:

Producen una gran cantidad de huevos o, en el caso de los machos, otras sustancias nutritivas que transfieren a las hembras durante la cópula.

Las larvas se desarrollan en poco tiempo al no tener que crear muchas reservas para su vida como mariposa adultas, lo que es muy importante, pues tengamos presente que las larvas son la etapa del ciclo de vida más vulnerable a los depredadores.

Las “cebras” llegan a vivir más de ocho meses, caso muy raro en el resto de las mariposas, pues el promedio de vida es menor a un mes.

Las mariposas adultas pueden sintetizar compuestos tóxicos para evitar ser comidas por aves y con ello volar más lento y a horas más frías que otras mariposas con menor gasto de energía, pues son pocas las aves que se atreven a comerlas.

Las “cebras” presentan un gran desarrollo de zonas del sistema nervioso relacionadas con mecanismo de memoria y aprendizaje, por lo que se considera que las Helioconius son las mariposas más inteligentes. Esto significa que las “cebras” son capaces de memorizar la ubicación de las plantas de Passiflora en el Jardín Botánico y visitarlas diariamente.

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