jueves, 20 de noviembre de 2008

¿Para qué sirven los jardines botánicos?



Además de exhibir bellos arreglos y numerosas plantas hermosas, los jardines botánicos cumplen una función clave en la salvación del planeta, con la conservación de especies en peligro de extinción y la promoción de sus propiedades industriales, nutritivas y curativas.



"Los jardines botánicos no somos sólo un bonito lugar para hacer un picnic", afirma Sara Oldfield, secretaria general de Botanic Garden Conservation International (BGCI), que agrupa a 800 jardines botánicos de 120 países del mundo. "También contribuimos al bienestar humano".



BGCI destaca el papel de estos centros en la protección del medio ambiente, la promoción del conocimiento herbolario tradicional, la integración de las comunidades e incluso el alivio de la pobreza.



Con sus bancos de semillas y el cultivo de especies amenazadas, muchos jardines botánicos en el mundo están almacenando los cultivos, bosques y prados del futuro.



Actualmente hay más de 100.000 especies de plantas en peligro de extinción, de las cuales 11.000 están representadas en los jardines botánicos del mundo, que actúan como una especie de Arca de Noé vegetal.



Además de ser una "póliza de seguro" para la diversidad mundial de plantas, en palabras de Oldfield "los jardines botánicos tiene la tarea de educar a la población sobre los beneficios de las plantas en su vida diaria. Por ejemplo el 80% de la población mundial depende directamente de medicinas obtenidas de plantas, por lo que es fundamental educar a la gente en su uso correcto"



En las ciudades occidentales, los jardines botánicos contribuyen al bienestar de las personas al ser espacios colectivos promotores del conocimiento de la naturaleza o, promoviendo el cultivo de huertos caseros. Sirven para educar a los niños sobre la naturaleza y además dotan a la ciudad de espacios verdes seguros.



Tal vez los esfuerzos de los jardines botánicos no serán suficientes para salvar el planeta de la deforestación, el efecto invernadero y la destrucción del hábitat, pero, como dice Oldfield, al menos se habrá puesto una semilla.



Sara Oldfield visitó el Jardín Botánico Clavijero en septiembre de 2007.



Nota de Judith Mora. Londres, 21 de abril de 2006. Agencia EFE

No hay comentarios:

Publicar un comentario